La planeación financiera tiene un objetivo claro: tener control y lograr los objetivos para un periodo de tiempo determinado. Por tal razón, la invitación es a que entiendas tus finanzas como un proyecto importante y hagas una planeación este año.
La idea es que plantees un panorama posible y proyectes tu cartera este año siguiendo el plan al pie de la letra.
¿Qué necesitas para hacer una planificación?
Aparte de las ganas, se necesitan categorías básicas e infaltables que te ayudarán a tener orden y entender tus finanzas. Entre ellas, se destacan los gastos, ingresos, ahorros e inversiones.
Pero no solo se trata de definir un valor general, sino que es imprescindible detallar cada una de estas categorías. Es decir, en gastos, especificar cuáles son: mercado, transporte, dinero destinado al ocio, arriendo, gastos hormiga, cuotas de manejo de productos bancarios, extras, etc., y en ingresos, especificar los formales e informales, fijos o por temporadas (como las comisiones).
Lo que no debes dejar pasar
Ahora bien, por lógica siempre tenemos en cuenta los ingresos y gastos en nuestro presupuesto. Sin embargo, es común olvidar casillas como el ahorro y las inversiones, que a la final terminan siendo de las más importantes para lograr los objetivos.
¡Sé realista! Desde un inicio, define qué porcentaje de tus ingresos ahorrarás de manera mensual, pero para este paso es importante que evalúes tu presupuesto actual y cuánto puedes ahorrar, porque de nada sirve tener una meta de ahorro del 50% de los ingresos si nuestros gastos se llevan el 70% de estos.
Desde luego, es importante que hagas crecer esos ahorros que logres, de modo que en la planeación financiera no debe faltar el porcentaje de tus ahorros que destinarás a las inversiones, ya sea en CDT, ahorros a pensión voluntaria, en la bolsa de valores, en bienes inmobiliarios, entre otros.
Las nociones básicas de una planeación financiera
En general, para cumplir con tus objetivos financieros es imprescindible que seas disciplinado en cada una de las categorías que incluyes en tu presupuesto, sin incurrir en gastos adicionales como uso de tarjetas de crédito, viajes imprevistos u otros gastos que pueden impactar negativamente tu presupuesto.
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Por ello es importante que pagues todas tus deudas al inicio o las incluyas en tu presupuesto si son a largo plazo (como un crédito de vivienda o educación) y te plantees objetivos claros, tales como no meterte en deudas, no comprar cosas innecesarias o ahorrar el dinero necesario para pagar tu posgrado, por ejemplo.
Es así como la planeación financiera termina siendo una cadena de valor: si fallas en el primer eslabón, los demás sufrirán las consecuencias. Es decir, si tienes gastos salidos de tu presupuesto, no lograrás, por ejemplo, tu objetivo de ahorro.
Teniendo en mente esto, lo importante con una planeación financiera es hacer un registro minucioso de todo el dinero que entra y sale al mes, así como de los objetivos financieros que plantees, con el fin de lograrlos al final del año.
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